Como no podía ser de otra manera encontramos una correspondencia entre las cartas de Tarot y las Flores de Bach, (como por ejemplo la Flor Scleranthus, la flor que es para quienes sufren mucho por ser incapaces de decidir entre dos cosas, situaciones o personas, representada en la carta de Los Enamorados, cuando esta aspectada negativamente, o la Emperatriz que cuando esta en su estado negativo, nos encontramos con una persona superficial, egoísta, celosa, desconfiada, envidiosa, la cual hay que tratar con Holly para abrir su corazón al amor nuevamente) lo que nos convence cada vez mas de la eficacia de relacionar uno con otro para un perfecto diagnóstico.
Hay que distinguir, tanto en las Flores como en los Arcanos, los que corresponden a la personalidad básica (caracteriológica) o los que se refieren a una situacion que se esta atravesando (transitoria).
Y finalmente, con el Tarot se trabaja el hecho de la Sincronicidad, concepto que estudio muy profundamente el gran psiquiatra y estudioso del esoterismo Carlo G. Jung, que nos explica que aquello que se da en un momento concreto, en este caso la mezcla de las cartas por el consultante, nos situa en un instante espacio-temporal donde se conectan las energías que nos llevan a descubrir el Arquetipo, aunque pueda parecer un hecho inconsciente, y esa es la verdad que fluye desde nuestro interior.
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